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Las técnicas de supervivencia designan al conjunto de conocimientos que permiten alimentarse, calentarse, protegerse del mal tiempo, incluso aplicar conocimientos médicos cuando uno se encuentra aislado en la naturaleza.

Estas técnicas principalmente se fundamentan en la utilización de objetos que pueden encontrarse en el medio ambiente, reduciendo en lo posible el uso de objetos artificiales (como mecheros, cuchillos…). Sin embargo, algunas de estas técnicas se basan en el principio de que se dispone de un mínimo de instrumentos, generalmente reunidos en un kit de supervivencia. Los métodos de supervivencia son diferentes según el lugar donde se encuentra. Hacer fuego con trozos de madera en el desierto o encontrar un camello en un bosque, por ejemplo, puede ser difícil.

Se les enseñan en particular a los militares, a las personas que pretenden hacer estancias largas o trayectos por zonas poco habitadas (bosques, desiertos), a personas que desean aislarse de la sociedad, deseando prepararse para una eventual desaparición brusca de su modo de vida, o que desean poder hacerle frente a situaciones catastróficas.




Prioridades de la supervivencia
 
Las prioridades fundamentales de supervivencia humana siguen una regla de 3:

1. Los humanos no sobreviven más de 3 minutos sin aire.
2. Los humanos no sobreviven más de 3 días sin agua.
3. Los humanos no sobreviven más de 3 semanas sin comida.

Pero en la mayoría de casos de supervivencia, son otras las prioridades:

1. Una actitud positiva es fundamental (ver logoterapia de Victor Frankl).
2. Encontrar o crear un refugio es importante porque permite a la persona estar protegida de los elementos.
3. Los humanos pueden vivir 3 días sin agua. El éxito de la supervivencia muchas veces depende más de factores como las condiciones climáticas o el estado físico.

Estas prioridades pueden cambiar dependiendo de las condiciones del entorno.


El Refugio.

La función principal del refugio es protegernos de los peligros del medio ambiente. Un calor extremo puede producir un síncope o un golpe de calor; por el contrario, el exceso de frío produce hipotermias y congelaciones. En las zonas pantanosas nos pueden devorar los mosquitos y si nos mojamos mientras dormimos podemos coger una pulmonía, aparte de la incomodidad, la ausencia de descanso y el golpe moral que esto supone.

En muchas situaciones de supervivencia y bajo climatología adversa, es la prioridad principal. Un buen refugio, además de protegernos de los elementos anteriores, proporciona comodidad, seguridad y firmeza psicológica. El tipo de refugio que construyamos dependerá de nuestras necesidades, del tiempo que vamos a permanecer en ese lugar y de las herramientas de las que dispongamos. Siempre deberíamos incluir en nuestro equipaje:

-- una buena navaja o un cuchillo de monte y una lámina de plástico de 2x2 metros o similar que ocupa y pesa poco y nos proporciona un techo impermeable. Si el peso no importa, también podemos incluir un hacha pequeña o un machete.
-- fosforos.


Dónde establecernos:


-- La luz del sol proporciona calor (lo que no siempre es bienvenido), y "ayuda" a levantarse por las mañanas. Sin embargo, las zonas soleadas y libres de obstáculos pueden ser muy ventosas.
-- Transferencia de calor: un refugio con un orificio de ventilación demasiado grande no permite mantener una temperatura agradable en el interior.
-- Los márgenes húmedos de los ríos son cómodos para dormir, pero podríamos ser arrastrados durante una tormenta
-- También lo es los cauces de ríos secos, ya que en cuestión de horas pueden llevar agua y arrastrarnos sin que hayamos advertido la lluvia (podría haber llovido a decenas de kilómetros).
-- Para situar el campamento escójase dentro de lo posible una zona seca, en una protuberancia, no en la zona más baja de la zona, de esa manera evitaremos el agua de inundación y tendremos una mejor perspectiva de la zona en la que nos encontramos.
-- Evitaremos las zonas cercanas a las laderas, pues suponen un riesgo en caso de lluvia.
-- Ha de quedar lejos de pantanos, ciénagas, en suma de aguas retenidas, pero no demasiado lejos de algún manantial o río, que nos servirá de reserva de agua fresca. Con estas precauciones, alejamos la molestia de los mosquitos.
--Se estudiaran los vientos predominantes, para hacerlo al abrigo de los mismos.
-- Es importante prestar atención a los alrededores para no darnos cuenta, una vez terminada nuestra construcción, que tenemos un hormiguero o un avispero como vecinos.
-- El fuego ha de estar situado a una distancia prudencial, con el fin de evitar que las llamas alcancen el lugar donde dormiremos. El humo por otro lado, nos ayudara a mantener alejados los mosquitos, aunque puede atraer (el calor) otros visitantes no deseados.
-- En la selva es importante despejar el suelo de las hojas y plantas ya que pueden haber roedores o reptiles venenosos.
-- En caso de encontrarse en un bosque de coníferas establecer el refugio dentro de éste o en el borde ya que el suelo es poco húmedo.


El lecho:

En posición tumbada, el cuerpo pierde el 80% del calor por el suelo. Es una parte fundamental de nuestro refugio. Debe de ser blando, seco, horizontal y caliente (excepto en el desierto, que será fresco), siempre que se pueda tratar de hacerlo un tanto elevado del suelo, así se evita que mientras se duerme sea mordido o picado por alguna especie venenosa. Esto lo lograremos escogiendo bien el emplazamiento (huir de zonas con humedad), quitando los palos y piedras que pueda haber en el suelo, y aislándonos bien de éste con hojarasca, helechos, ropa, etc.

Tipos de refugios:

Vehículo:

Si nos encontramos en una situación de supervivencia real por haber sufrido un accidente y nuestro vehículo aún está habitable, puede constituir un buen refugio. De lo contrario prestemos atención al material que lleva dentro y que podría servirnos.

-- Los periódicos son un buen aislante; si disponemos de ellos utilicémoslos para cubrir las ventanas y protegernos mejor del frío.
-- Si necesitamos hacer fuego y no disponemos de cerillas ni mechero podemos empapar con gasolina un trozo de tela, de papel, de esponja de los asientos, etc. y hacer chispas sobre él cruzando los terminales de la batería.
-- Si quemamos o añadimos aceite de motor al fuego conseguiremos un humo negro y denso excelente para hacer señales.


Refugios naturales.

Son refugios cuya construcción requiere poco o ningún esfuerzo por nuestra parte. Se improvisan en hendiduras y oquedades de rocas, cuevas, formaciones del terreno y de la vegetación.

-- Una hendidura en una pared rocosa que nos proteja de la lluvia y el viento y no ofrezca riesgos de desprendimientos es ideal. Sólo tendremos que preocuparnos de construir un lecho seco y confortable.


Refugios improvisados.

Son los que construimos con los materiales que encontramos en la naturaleza o que llevamos en nuestro equipaje. Es muy recomendable aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece el medio, como puede ser un árbol caído o una fosa que puede ser cubierta con ramas y hojas.

Refugio con una lámina de plástico.

Si disponemos de una lámina de plástico suficientemente grande podemos improvisar un refugio tendiendo una cuerda entre dos árboles y colocando la lámina como una tienda de campaña clásica. En los extremos envolveremos unas piedras que luego sujetaremos con unas orquillas de madera o las anudaremos y las afirmaremos con cuerdas y piquetas improvisadas con unos palos de madera resistente. Si cavamos una zanja alrededor evitaremos que nos anegue el agua en caso de tormenta.

A un Agua.

Cobertizo clásico Es probablemente el más clásico de los refugios de supervivencia. Utiliza un armazón de madera, pero si utilizamos uno o dos árboles como columnas nos ahorraremos mucho trabajo y el refugio ganará en solidez. En climas fríos utilizaremos un fuego para calentarnos y un reflector de troncos detrás para aprovechar mejor el calor. Por ello es importante tener en cuenta la dirección del viento si no queremos terminar ahumados. El techo lo cubriremos de materia vegetal. En algunas zonas es fácil encontrar grandes hojas con las que construir un techo impermeable ensamblándolas a modo de tejas. También se pueden improvisar tejas con trozos de corteza. Si no, un techo de hierba seca y paja, si es lo suficientemente grueso, también nos proporciona cierta impermeabilidad.

Refugio con un árbol caído.

Hay que cortar algunas ramas para hacer una oquedad en la copa caída. Es un refugio acogedor y, si el árbol es frondoso, nos protegerá del viento, pero no de la lluvia.

Refugio con soporte de ramas en forma de A.

Refugio clásico en forma de A o de tienda canadiense Es otro refugio clásico y que ofrece mayor abrigo que el cobertizo. Se construye con un armazón de palos que adoptan la forma de una tienda de campaña canadiense tradicional o de una A. Se cubre con una capa de hojas grandes a modo de tejas, y por encima de éstas una capa de hierba, hojarasca, ramas que no perforen las tejas para evitar que el viento nos levante el techo.

Refugio de tronco.

Es un tipo de refugio únicamente apropiado para pasar cortos periodos de tiempo porque no suele ser muy cómodo, a no ser que el tronco posea un gran diámetro. Consiste en un sencillo cobertizo que se realiza apoyando una serie de ramas sobre un tronco caído y cubriéndolas con los materiales indicados anteriormente. El problema de este refugio serán los insectos que viven asociados a este árbol caído.

Plataforma con tela mosquitera.


Este refugio nos aísla del suelo y nos protege de insectos. Si se le añade un techo nos protegerá además de la lluvia. El lecho lo cubriremos con hojas de palmera u otra material.

Agua:


Los humanos pueden vivir varias semanas sin comida y 3 días sin agua. Dependiendo de las condiciones climatológicas, se han registrado personas que han estado más de dos semanas sin agua. En el libro Guinness de records se registra una persona que estuvo 18 días sin agua. La duración en la supervivencia también depende de las condiciones físicas. Una persona puede perder 2-3 litros por día, más en climas cálidos o tropicales y húmedos.

Obtención de agua.

Mira en el fondo de los valles, hacia donde se drena el agua natural. Si no hay ningún riachuelo o estanque, busca zonas de verde vegetación y excava en ellos. Excava barrancos y en el lecho de ríos secos. En las montañas busca agua atrapada en grietas. En la costa excava por encima del nivel del mar. Sospecha de los estanques que no tiene vegetación verde alrededor de él o si hay huesos de animales cerca. Comprueba si hay minerales en las orillas, puede indicar unas condiciones alcalinas. Hierve siempre el agua estancada. En el desierto, lagos sin desembocadura se convierten en lagos de agua salada: el agua debe ser destilada antes de beberla.

Hay algunas plantas que pueden proveernos de agua. Muchas raíces de árboles y viñas contienen gran cantidad de agua, y puede extraerse colocando fragmentos seccionados en un recipiente. No utilices líquidos vegetales turbios, lechosos o de colores.

El agua puede recogerse de varias formas. Se puede recoger agua por los siguientes métodos:

+ Transpiración - recogiendo el agua transpirada por medio de bolsas de plástico.
+ Usando un destilador solar.
+ Derritiendo hielo.
+ Recogiendo agua de lluvia (mediante toldos recolectores con canalizaciones a barriles).
+ Haciendo un pozo en el terreno.
+ Desalinización.
+ Trampas de condensación
+ Recoger rocío de plantas y céspedes

El agua de lluvia (que normalmente es potable) puede recogerse en recipientes. Usa un área de recogida lo más amplia posible, haciendo que el agua discurra hacia envases. Un agujero en el suelo recubierto de barro, puede almacenar agua. Si no disponemos de estas fuentes, será necesario más ingenio. El agua puede recogerse por medio de trampas de condensación o destiladores solares. La ropa puede usarse para recoger el rocío y la humedad de céspedes y plantas. Usar una camiseta atada al tobillo y andar sobre la hierba al amanecer o atardecer y escurrir para recogela. Este es un método muy eficaz para obtener agua. El agua estancada puede potabilizarse por filtración usando un colador con carbón activo.



Agua de Hielo y nieve:

Nunca se debe ingerir hielo o nieve, ya que pueden producir quemaduras en la boca y los labios, impidiendonos la posterior ingesta de alimentos, así como beber liquidaos, además también nos exponemos a que se infecten las quemaduras. Se obtiene más agua del hielo que de la nieve. Para calentar la nieve, derrite primero una pequeña cantidad en un cazo y luego ve añadiendo más. Si llenas todo el cazo de nieve, se formará un hueco en el interior a medida que la nieve se derrite y se quemará el cazo. En caso de no disponer de este sistema para derretir el hielo podemos llenar nuestra cantimplora con el hielo o la nieve e introducirla entre dos capas de ropa que llevemos puesta para que se derrita con el calor corporal, es muy importante que la cantimplora no nos toque la piel ya que podría quemarnos también. La capas de nieve más próximas a la superficie producen menos agua que las capas más profundas. El hielo de mar es salado y no se puede beber a menos que sea antiguo. El hielo de mar que es antiguo es de color azulado y está más desgastado y redondeado por las esquinas. Cuanto más azul, mejor es para beber. El hielo de mar más reciente es blanco y áspero. Pero ten cuidado con el hielo de mar antiguo que ha sido expuesto a la espuma del mar.

Aunque no se debe beber agua salada, si te encuentras cerca de una playa se puede obtener agua potable en el lado opuesto al mar en una duna descendente. Bajo el nivel del mar, la arena hace de filtro de parte de la sal. Puede que tenga un sabor salado o salobre pero , la arena actúa como filtro reduciendo en un futuro las sales que contiene el agua de mar cuando se cava en la tierra


Obtención de agua de vegetales.

Los árboles pueden extraer la humedad desde una profundidad de 15m. Lo cual es demasiado profundo para excavar. Así que deja que el árbol la bombee hacia arriba para ti. Para recoger el agua, ata una bolsa de plástico alrededor de una rama que tenga hojas verdes y estén en buen estado. La evaporación de las hojas producirá condensación en la bolsa. Mantén la boca de la bolsa hacia arriba y una esquina colgando hacia abajo para recoger esa agua. También puedes colocar polietileno a modo de tienda de campaña sobre una planta. Para ello suspende la tienda de campaña desde arriba o sostenla desde dentro con un palo. Evita que las hojas toquen los lados de la tienda o desviarán las gotas y no las podrás recoger en los canales de plástico de la base.

Incluso si cortas plantas, se producirá la condesación cuando las coloques dentro de una bolsa de plástico grande. Mantén las hojas elevadas del suelo mediante piedras, para poder recoger el agua debajo de ellas. Tampoco dejes que las hojas toquen los lados de la bolsa. Tensa la bolsa con piedras. Si colocas la bolsa en un lugar que tenga una ligera inclinación, las gotas irán pendiente abajo y podrás recogerlas.

Del pino se puede obtener agua mordiendo las puntas de las hojas (puas), ya que retienen el agua.

Un mito de la supervivencia es que de láminas de cactus se puede obtener agua potable. Aunque muchos cactus sí poseen fluidos en su interior, es una solución altamente ácida y puede inducir el vómito si se bebe. Muchos cactus poseen fluidos altamente tóxicos para el hombre.


Plantas:

Las plantas suelen recoger agua en cavidades. Los huecos de los bambús se llenan de agua: agítalos y si oyes moverse agua, corta el bambú por la base de cada junta y extrae el agua que hay en su interior. Las plantas con forma de copa recogen agua, pero primero debes retirar los posibles insectos y escombros que pueda contener.

Vid Aquellas que tienen una corteza áspera y brotes de 5cm. de grueso, pueden contener agua bebible. Pero hay que tener precaución ya que no todas contienen agua bebible e incluso algunas pueden contener savia pegajosa y de aspecto lechoso que es venenosa.. Algunas vides causan irritación al tocarlas. Así que lo mejor es recoger el líquido en un recipiente o dejar que caiga directamente en la boca pero sin tocar el tallo. Para obtener el agua de la vid elige un tallo y practicale un corte en la parte más alta que puedas. Hazle otro corte en la parte más baja y deja que el agua vaya goteando. Cuando pare de gotear corta una sección de la rama en la base y vuelve a repetir la operación hasta que esté drenada por completo.

Palmeras Las palmeras contienen un líquido azucarado llamado guarapo que se puede beber. Para conseguir que empiece a fluir el líquido, dobla la palma hacia abajo y corta la punta. Si cada 12 horas realizas un corte de un trozo pequeño de la punta, el líquido volverá a fluir permitiendo obtener 1/4 de litro cada día. La leche de cocos maduros es un poderoso laxante, de modo que beber mucho puede hacerte perder demasiado líquido.

Cactus El agua permanece en los frutos y en la pulpa, pero ten en cuenta que algunos cactus son venenosos. Evita el contacto con los pinchos, ya que estos luego son difíciles de extraer y pueden producir dolorosas heridas supurantes. Aquellas que tienen una corteza áspera y brotes de 5cm. de grueso, pueden contener agua bebible. Pero hay que tener precaución ya que no todas contienen agua bebible e incluso algunas pueden contener savia pegajos y de aspecto lechoso que es venenosa.

La sal

La sal también es esencial para la supervivencia del hombre. Una dieta normal requiere una ingesta diaria de 10gr. El cuerpo pierde sal al sudar y al orinar, por lo que es necesario reemplazar esa pérdida. Los primeros síntomas de falta de sal son: calambres musculares nauseas cansancio El remedio es tomar una pizca de sal en 1/2 litro de agua. Puedes llevar tabletas de sal en tu botiquín. En este caso sólo tienes queromperla y disolverla en la cantidad de agua apropiada. No la ingieras entera ya que puede causar dolores de estómago y daños en el riñón. Si tus reservas de sal están bajas y estás cerca del mar, el agua salada contiene aproximadamente 15gr/l de sal, pero no te la bebas tal cual. Dilúyela en agua fresca para hacerla bebible, o evapórala para obtener los cristales de la sal. Si no encuentras ninguna manera de obtener sal, puedes recurrir a la sangre de los animales, la cual es una valiosa fuente de minerales.

Cuando no se posee ningun compas para ubicarse, solo se puede confiar en los metodos de emergencia, la opción más acertada es con un reloj de aguja:

-- Ubicar el ángulo formado por la aguja de las horas y la posición de las 12 horas.
-- Marcar la bisectriz del ángulo.
-- Apuntar la bisectriz hacia el sol.
-- Las 12 Horas apuntan hacía el sur y las 6 Horas, hacia el norte.


Nota: (A la hora de montar un refugio, es conveniente ubicarse y acampar hacia el lado del este (3 Horas.)

Técnicas para hacer fuego

Existen numerosas técnicas para hacer fuego. Las más antiguas utilizan el calentamiento de la madera por fricción o la producción de chispas por medio de un sílex y una piedra ferrosa (es decir, que contiene hierro). Existen métodos antiguos que se remontan al Paleolítico, como la fricción o la percusión, y métodos modernos como el empleo de cerillas o fósforos, encendedores, arcos eléctricos o incluso la luz solar.


Técnicas de orientación: cómo orientarse sin mapa ni brújula

Existen varios métodos que nos permiten encontrar el norte con mayor o menor precisión cuando carecemos de brújula. Los más eficaces son, probablemente, el reloj cuando es de día y las estrellas de noche y con el cielo despejado.
Método del reloj

Podemos valernos de un reloj de agujas y de la posición del sol para encontrar el norte con facilidad. Para ello debemos conocer la hora solar, que en España y los países de su franja horaria es dos horas menos en horario oficial de verano y una hora menos en invierno.

En las zonas templadas del hemisferio norte, si alineamos la aguja horaria (la pequeña) con el sol, en la bisectriz que forma esta con la cifra "12" del reloj se encuentra siempre el sur.

En las zonas templadas del hemisferio sur es la cifra 12 la que debe apuntar hacia el sol, y en la bisectriz que forma con la aguja horaria, se encuentra el norte.



Por las estrellas




Por la noche, si está despejado, guiarse por las estrellas es eficaz y sencillo.

En el hemisferio norte del planeta, la estrella polar indica siempre el norte. Este estrella es la última de la cola de la osa menor y, a pesar de que en casi todas las ilustraciones se muestra como una estrella muy brillante, su luz es tan pálida que con frecuencia no es fácil de ver. No obstante, es sencillo guiarse por la Osa Mayor para localizar el punto donde se encuentra la estrella polar. Para ello sólo tenemos que prolongar cuatro veces la distancia que separa las dos estrellas frontales de la Osa Mayor.

En el hemisferio sur debemos buscar la "Cruz del Sur", una constelación con forma de rombo o cometa. Si prolongamos la longitud de la cometa cuatro veces y media, el punto imaginario que localicemos indicará siempre el sur.



Por el sol


La salida y la puesta del sol también son una referencia. A todos nos han enseñado que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Sin embargo sólo lo hace por el punto exacto en los equinoccios, o sea, alrededor del 21 de marzo y del 23 de septiembre y si nos encontramos en terreno llano. El resto del año y rodeados de cadenas montañosas, la referencia es sólo aproximada.
Por la luna

La luna puede proporcionarnos también una aproximación de los puntos cardinales. Cuando está en creciente, las puntas señalan siempre hacia el este y cuando está en menguante, hacia el oeste. Si tienes dudas para saber cuando está de una u otra forma, piensa que la luna "miente". Cuando tiene forma de "C" de "creciente", en realidad está menguando.
Con la sombra de un palo

Si clavamos un palo en el suelo, marcamos el extremo de la sombra, dejamos pasar quince minutos y volvemos a marcar el nuevo extremo de la sombra, al unir estos dos puntos, la línea que obtenemos nos indicará el este y el oeste (el primer punto el oeste y el segundo el este). Al trazar una perpendicular tendremos el norte y el sur. Este sistema sólo nos permite tener una referencia aproximada. Cuanto más tiempo dejemos pasar entre la primera y la segunda marca y más próximos nos encontremos la mediodía, más aumentará su precisión.

Existe otro método más preciso, pero limitado al mediodía.



Clavamos en un terreno llano un palo que proyecte una sombra de unos 30 ó 40 cm. y marcamos el extremo de la sombra. A continuación, con un cordón de un zapato, una rama u otro método improvisado, trazaremos una semicircunferencia usando como radio la longitud de la sombra. Ahora debemos esperar el movimiento del sol. La sombra se irá hciendo más pequeña a medida que nos acercamos a las 12:00 h. Momento en que alcanzará su menor tamaño para después volver a crecer. En el punto en el que la sombra vuelva a alcanzar la semicircunferencia pondremos una marca. Al unir las dos marcas trazaremos una línea oeste (primera marca) - este (segunda marca). En la perpendicular se encontraran el norte y el sur.


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